viernes, 26 de noviembre de 2010

El placer de la siesta
Te lloraba.
Vengadora de los cuerpos indemnes.
Cara de cachetes magros, suaves, sutiles,
Rojos verdes violetas.
El robo de la calandria
Te hace homenaje.
Los acordes que te envidian.
El este de la cama, sin tus huellas,
Se desorienta.
La rosa que te espera
Desaviándose.
Ojos donde escondes el secreto
Que no se vende
En la noche de noviembre.
Ojos negros profundos
Ojos grises
Donde amarra el bote el pescador.
Dientes fríos, saben callar mentiras
Que decoran toda realidad.
Solo así se pudo describir el ocaso
Rojo platinado.
Labios color de beso
Aroma de la tentación.
Gestos tallados a punta de inocencia
Con pasados oscuros
De sufrimientos repetidos.





Así, no te busco.
Y si te encuentro,
Me pierdo.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Color agrio, áspero, de bordes transparentes.
Raspás el contorno de mi olfato
para que el oído mantenga el equilibrio.
Dictás la semblanza de mi tacto
Y la vista recorre;
El rouge del mar en la arena, en el crepúsculo de cuba
El barco que persigue a la luna.
Y en la lengua
Cual ciénaga
Pantano marrón pardo
De quejas incoherentes,
Obsequias tu blasfemia
A un gusto prosternado.
Vino,
color voluntad.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La gran fuga

Me escondí
En un rayo de luz;
de la luz.
En un segundo intenso;
del tiempo.
En una hectárea de la incógnita;
del espacio.
En un elemento;
del sistema.
En la fuga de Beethoven;
del lenguaje.
Me escondí
En la esencia;
de la esencia.