domingo, 24 de abril de 2011

Una o La cachetada

I
En la noche glaciar o en la tarde de ruta,
mientras mis ojos buscaban descanso
en el saludo de los árboles,
tu sinceridad se desnudaba,
y mis decisiones, de reflexiones prudentes,
se desvanecían.
II
En la casa que abrazaba
con delicado recelo
la oscuridad del temible abandono,
en tanto apreciaba el retrato de tu lectura,
la diosa idea, de vergonzante fantasía, no resistía,
la salvaje elegancia de tu libertad.
III
Restregándome entre los residuos de la siesta,
en tanto reestimo
las precisas dimensiones
de mi soledad,
el escape inminente pareciera perderse,
mientras tu mirada me regala
airada sencillez.