lunes, 21 de junio de 2010

Errata comentada

I
Detrás de su sonrisa, se dibujaba una cara delicada.
Entre matices inocentes y violentos
se apreciaba el talento de su espíritu.
Cortado por el más prodigioso de los sastres,
desfilaba su cuerpo por mis sueños.
II
Sus curvas, poco pronunciadas, expresaban su acabado
compás.
Quizás tallada por escultores venecianos,
tal vez versada por poetas parisinos.
Sus rasgos de infinités golpeaban a la puerta de lo perecedero
para confundirse en una tormenta.
III
¿Acaso mi sudor, empapado en su perfume de tez blanca,
pueda explicar el fracaso del lenguaje?

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